DULCE PLACER
Húmeda estabas sobre el lecho blando
desnuda, perfumada, y en albedríos,
tus tibios nardos por los besos míos,
irguieron sus aureolas, palpitando.
Luego mis manos fueron navegando
los placidos caudales de tus ríos,
y ardiendo de pasión, en desvaríos,
te diste a mis ternuras, suspirando.
¡Dulce placer, el que tu amor provoca!
Cuando con las delicias de tu boca
enjugas de mi amor la ardiente flama.
Y es más dulce tal vez, el que me toca
pues al volverte por ardores loca,
me esmero en apagar, tu ardiente llama.
Y así, cuando el deseo nos reclama,
mis ansias en tus ansias, se sofocan.
Adamis Barrios
Maracaibo – Venezuela
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27 de febrero de 2.009
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